4 Hábitos para Vivir Ligeros
Que significa vivir ligeros, es un término que uso
para invitarles a soltar todas esas cargas que limitan nuestra vida, es dejar
de lado todo aquello que nos llena de angustias y ansiedad, es “desapegarnos”.
Vivir ligeros es un estilo de vida, nada fácil, pero
posible de aprender siempre que estemos dispuestos, para ser y estar mejor con
nosotros mismos y con nuestro entorno. Se
aprende a vivir ligeros en muchos casos, después de alguna situación de dolor,
porque cuando nos desprendemos o apartamos de algo que tiene peso emocional en
nosotros se genera un gran dolor.
Pero vamos incorporando pequeñas acciones en nuestro
día a día, adoptando algunos hábitos necesarios para que ese dolor disminuya, haciendo
que nuestra vida sea plena y más cómoda de llevar. Porque definitivamente contamos con todo lo
necesario para nuestro bienestar y paz, sólo que algunas veces no lo
reconocemos y nos saboteamos de manera inconsciente. Por qué a través de hábitos? Porque un hábito es la
manera de lograr hacer algo constante y habitual, introduce la costumbre, para
llevar a nuestra mente y cuerpo a vivir de esta forma.
Para ponernos en sintonía con este estilo
de vida, les invito a incorporar día a día los siguientes hábitos:
-
Decir adiós. Es importante tomar espacio en nuestra vida
e identificar todo aquello que tenemos y nos pesa, toma lápiz y papel y
responde: ¿Qué poseo en mi vida que limita mi tranquilidad y bienestar? Pueden ser pensamientos, emociones,
sentimientos, cosas materiales, espirituales, físicas, Una vez los identifiques como limitaciones,
permítete decirles hasta luego, adiós! Despedirnos es sanar, cuando nos
desprendemos de lo que no nos sirve, de aquello que nos oprime nuestra forma de
ser y criterios de vida.
-
Limpia todos los espacios de tu vida, de lo que no
usas, de lo que sobra. Lo nuevo difícilmente tiene cabida en un
espacio que está lleno, no permitas que grandes y mejores cosas o situaciones
se vayan de tu vida por no encontrar espacio disponible. Muchas veces nos llenamos de elementos que
encierran angustias, recuerdos, nostalgias, tristezas, que ocupan demasiado
espacio, siendo este necesario para que llegue la alegría, nuevas energías y
bienestar a nuestros días.
-
Acepta y valora la ayuda que otros puedan ofrecerte. No te recargues! Es muy común que nos encerremos en
pensamientos y acciones, porque nos cuesta asumir la ayuda o apoyo, en muchos
casos por la idea de vernos como débiles, o por temor al rechazo. Aceptar es contemplar todos los beneficios
que esto trae, confiar, ya que vivimos rodeamos de personas que nos
complementan y aportan, para eso la vida nos las regala.
- Cultiva la paciencia.
Sé paciente contigo mismo y con los demás. Todos tenemos sembrada esta virtud,
puede ser en mayor o menor medida, pero sin duda que en nosotros está. Cuando algo no sucede como lo esperamos, la
paciencia juega un papel importante, porque aunque no estamos satisfechos con
lo sucedido, ser paciente nos ayuda a entender que algo mejor vendrá, aunque de
momento no se entienda.
Dejar de sobrevivir y empezar a vivir cada día, eliminando
angustias, dudas del porvenir, temores, no permitamos que el pasado nos abrume,
cuando sólo es historia, o el futuro nos agobie, cuando es incierto, solo
nosotros decidimos que condiciona nuestro hoy.
Te invito a practicar e incorporar poco a poco estos
hábitos y así dejar de cargar en la vida aquello que te resta o limita brillo y
pureza en el alma.
Todo lo que necesitamos
para vivir a plenitud, nos fue entregado,
está en nosotros, no
busquemos afuera!
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